miércoles, 15 de mayo de 2013

Educación interactiva. Enseñanza y aprendizaje presencial y on-line. Marco Silva Capítulos I y II



A continuación se extraen las frases más representativas de cada apartado y capítulo:


1.


Educar en nuestro tiempo digital.


La humanidad emigra de la pantalla del televisor a la pantalla del ordenador. Sin embargo en el aula no se aplican las tecnologías digitales y utiliza una pedagogía basada en la transmisión para la recepción solitaria y contemplativa.


La pedagogía de la transmisión


El papel del profesor no es transmitir conocimiento sino crear las posibilidades para su producción o construcción. El maestro es un guardián y transmisor de la cultura. Educamos para que nuestros alumnos archiven lo que depositamos en sus mentes. Se cristaliza la conciencia bancaria: cuanto más se distribuye más apropiación hay del conocimiento.


El lenguaje digital es responsable de una revolución tecnológica y cultural sin precedentes. El hipertexto aprovecha la arquitectura no lineal de las memorias del ordenador para hacer viables textos tridimensionales. Permite al usuario hacer asociaciones no lineales y un elevado número de interferencias y modificaciones en la pantalla. Permite superar la condición de espectador pasivo y se muestra a favor del sujeto participativo, operativo y creativo. Además el hipertexto no es una disposición exclusiva del ordenador.


Modificar la comunicación: desafío a la educación


Martín Barbero critica la falta de incorporación de los modelos bidireccionales en la escuela. Critica la falta de diálogo y reclama el nuevo lector que salta de un punto a otro, haciendo de la conectividad su propia guía de ruta para la lectura. El usuario de las tecnologías digitales transita de la condición de receptor a la interactividad y la generación Net pasa del televisor al ordenador prefiriendo sistemas interactivos como Internet. El nuevo espectador aprende nuevos parámetros de lectura y de conocimiento, pues la lectura es de tipo conectivo (enlaces que conectan con imágenes, videos, iconos y sonidos).


Las tecnologías digitales demuestran que comunicar no es sólo transmitir, sino proporcionar la libertad de conectividad y de intervención del locutor. La comunicación sólo se realiza mediante la participación. Tampoco se debe dejar de lado el modelo de transmisión, pero si hemos de ser conscientes de que no favorece la educación auténtica. El profesor puede optar por modificar su modelo comunicacional permitiendo al alumno una mayor autoría, participación, bidireccionalidad... Es entonces cuando el profesor construye una red y no una ruta, de mero transmisor se convierte en formulador de problemas. Además, aunque no hayan tecnologías digitales en el aula es posible conseguir un aprendizaje interactivo, pues un aula infopobre puede ser rica en interactividad mientras que un aula inforrica que tenga ordenadores puede ser pobre siempre que se mantenga el modelo hablar - dictar y unidireccional.


Mientras que el aula tradicional está vinculada al modelo uno - todos, el aula interactiva está vinculada al modelo todos - todos. El profesor puede cambiar su rol basándose en el montaje de conexiones en redes abiertas a una multiplicidad de modificaciones. Se puede generar predisposición en el aula de las siguientes maneras:


  1. Generar múltiples informaciones (en diversos formatos) utilizando las tecnologías digitales como medio interactivo.
  2. Ofrecer la posibilidad de múltiples recorridos para realizar conexiones y expresiones.
  3. Estimular a los alumnos para que contribuyan con nuevas informaciones para que también puedan crear recursos participando como coautores del proceso.


El profesor tendrá que darse cuenta de lo digital. Que lo digital, en lugar de sustituir, potencia su autoría. También debe saber que no se trata de endiosar las tecnologías digitales, sino de colocarlas en interacción con el modelo tradicional. Para promover la educación interactiva el profesor necesita desarrollar al menos cinco capacidades:


  1. Presuponer la participación - intervención del receptor, teniendo en cuenta que participación es más que un “si” o un “no”.
  2. Garantizar la bidireccionalidad de la emisión y recepción.
  3. Poner a disposición múltiples redes articulatorias, evitando los mensajes cerrados.
  4. Engendrar la cooperación.
  5. Suscitar la expresión y la confrontación de las subjetividades.



2.


Los desafíos de la era digital: infoexclusión y analfabetismo digital


La educación interactiva no depende de las tecnologías digitales, dado que la interactividad no es un concepto informático sino de comunicación. El objetivo es educar a jóvenes y adultos para la participación colectiva.


La sociedad de la información y la cibercultura


A partir de la década de 1990 diversos países vienen formulando programas titulados “sociedad de la información”.


Internet es una tecnología de la libertad, pero también puede liberar a los poderosos para oprimir a los desinformados.


La cibercultura según Lévy es el conjunto de técnicas, de prácticas, de actitudes, de pensamientos y de valores que se desarrollan junto con el crecimiento del ciberespacio. El ciberespacio, para el mismo autor, significa una ruptura paradigmática con el reinado de los medios de comunicación de masas basados en la transmisión. El ciberespacio es el hipertexto mundial interactivo, donde cada uno puede agregar, retirar y modificar partes de esa estructura telemática; se potencia el intercambio de capacidades y genera la colectivización de los saberes.


El ordenador pasa de ser una máquina restrictiva para convertirse en un sistema conversacional a partir de iconos e interfaces en la pantalla. El ordenador on-line está cada vez más presente como infraestructura de procesos sociales.


El hipertexto permite abrir ventanas paralelas o superpuestas, permite abrirlas y cerrarlas a través de vínculos con iconos en la pantalla. Presupone una arquitectura compleja que define la memoria y los procesamientos en forma de red.


Infoexclusión y analfabetismo digital


El acceso a Internet depende del capital económico, existen por tanto los infopobres y los inforricos. Este hecho crea un nuevo analfabeto: el info - analfabeto. Además no basta con tener acceso a las tecnologías digitales on-line, sino saber manejarlas y no como un receptor de los medios clásicos. La participación es la verdadera inclusión.


El combate a la infoexclusión no debe limitarse al acceso al ordenador conectado a Internet, sino que debe consistir en una educación de los usuarios para la no sub-utilización de las tecnologías digitales interactivas, así como para participación creativa y en colaboración con el universo on-line.


La formación del usuario en las tecnologías digitales e Internet tendrá que tener en cuenta las demandas de la ciberciudadanía. Es necesario garantizar el acceso del sujeto como autor y coautor, así como formarlo para actuar en la ciberciudad y en las redes sociales.


En la sociedad de la información estamos superando la producción tradicional en masa y en cambio avanzamos en dirección a una mezcla de productos masivos y desmasificados abiertos. Internet no es un medio masivo, es una infraestructura de la colectividad y los profesores pueden hacer uso de su potencialidad para abrir nuevos espacios de participación ciudadana.


La disolución del sujeto en el ciberespacio


Existe la crítica de la disolución del sujeto en el hipertexto ciberespacial interactivo. En este sentido, la interactividad no es más que programas preestablecidos de inteligencia artificial que destruye la comunicación genuina. Marc Guillaume es uno de los críticos más radicales, pues formula: “cuanto más interactivo se es, menos se existe”. El autor opina que en la modernidad el sujeto experimentaba su disolución pero al menos buscaba tiempo para combatirla. No obstante, en nuestro tiempo la disolución del sujeto se encuentra cada vez menos con la inquietud, pues el sujeto está cada vez menos interesado en referencias socio-históricas. Por eso, éste no se siente aturdido, sino más bien desea ser libre para hacer de sí lo que desea. Para Baudrillard y Guillaume lo que hay es un simulacro de comunicación, un juego cibernético, que aunque presentado de forma espectacular tan sólo define el vacío de realidad donde opera la disolución del sujeto.


En lugar de lamentar la disolución del objeto a causa de la interposición de las interfaces es necesario potenciar las nuevas capacidades comunicativas. Las nuevas tecnologías de la comunicación permiten la no pasividad y la creación colectiva. La alfabetización digital debe presentarse como una oportunidad para la formación del sujeto.  

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